Prometeo encadenado
- Esquilo
- 9 jun 2017
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Tras consolidarse como el dios supremo entre todos los dioses Olímpicos, Zeus planeaba erradicar a los mortales pues pretendía crear una nueva raza de estos. Por su parte el Titán Prometeo (que en más de una ocasión en la obra de Esquilo manifiesta su amor por los mortales y al que el mismo llama “excesivo”) no está de acuerdo con las pretensiones de Zeus; "La causa por qué me atormenta, os la aclararé. Tan pronto como él se sentó en el trono que fue de su padre, inmediatamente distribuyó entre las distintas deidades diferentes fueros, y así organizó su imperio en categorías, pero no tuvo para nada en cuenta a los infelices mortales; antes, al contrario, quería aniquilar por completo a esa raza y crear otra nueva" Esquilo. Prometeo encadenado. 230 Quizá fue esa la razón que en un inicio impulso a Prometeo a desafiar al Dios Zeus.
El desafío de Prometeo desato la ira de Zeus, pero no es solo por desobedecer e ir en contra de los deseos del Dios, que por sí mismo este desacato seria razón suficiente para el castigo impuesto a Prometeo; la implicación de proporcionarle a los mortales el fuego, es tanto como darles una llave directa a la civilización y por consiguiente equiparlos a los dioses.
El fuego dentro de la mitología griega tiene un carácter divino, pues era empleado únicamente por los dioses, por consiguiente, el proporcionarle a los mortales el fuego representa el progreso de estos y claramente, significaba equiparar a los hombres con los dioses; era brindarles una llave hacia el avance, hacia la civilización, diferenciarlos de entré las bestias y de alguna manera salvar a una raza que por simples deseos del Zeus, ya estaba condenada a la extinción.
Los Titanes hasta antes de someterse al reinado de los dioses del Olimpo, eran quienes pretendían tener el control. "Tan pronto empezaron a airarse los dioses y a levantarse entre ellos discordia -porque los unos querían derrocar a Crono de su poder, con el fin de que Zeus reinara, mientras que otros, por el contrario, ponían su interés en que nunca Zeus tuviera imperio sobre los dioses, en ese momento yo decidí convencer de lo mejor a los Titanes, a los hijos de Urano y de Tierra, pero no pude". Esquilo. Prometeo encadenado. 200-205
El gran problema de los Titanes (y que el mismo Prometo sabía) es que las características de su personalidad eran en su mayoría violentas, Prometeo por su parte es un Titán un tanto diferente pues además de sus dotes haciendo predicciones parece ser más mesurado al resto de los Titanes, no obstante no fue suficiente para poder convencer a los demás Titanes de lo que se veía venir que decidió aliarse con Zeus quien, (todo parece indicar) deseaba que Prometeo estuviera de su lado."Y después que el rey de los dioses obtuvo de mí tal beneficio, me ha recompensado con este castigo cruel. Sí, en cierto modo ése es un mal de la tiranía: no confiar en los propios amigos". Esquilo. Prometeo encadenado. 225 Lo que en un principio para Prometeo pudo significar una alianza con el fin de no terminar como los demás Titanes, terminaría siendo incluso peor para él pues ya es bien conocido el castigo que Zeus le impondría y que sería perpetuo; ser encadenado a una piedra en la región de Escitia. a donde Zeus envió un águila para que se comiera el hígado de Prometeo quien al ser inmortal, su hígado volvía a regenerarse cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día, un castigo que debía ser eterno.
Además del hurto del fuego Prometeo reafirmaría su desprecio por Zeus cuando sostiene su conversación con Ío y le informa (sabiendo que Zeus escucharía) que llegará el momento en el que Zeus tenga que caer de su poder. "Pero por ahora no existe término fijado a mis males, hasta que caiga Zeus de su tiranía. – ÍO-¿entonces es posible que Zeus caiga de su poder? PROMETEO. - Gozarías -creo- de ver tal suceso. –ÍO- ¿Cómo no, si sufro miserias por culpa de Zeus? PROMETEO. - En ese caso puedes alegrarte, convencida de que eso es así. ÍO- ¿Quién lo despojará de su cetro tiránico? PROMETEO. - Él mismo, por la vanidad de sus decisiones" Esquilo. Prometeo encadenado. 755-760

Prometeo habría logrado su cometido, si es que este fuera, de infundir en Zeus cierta duda sobre su propio poder, pues sería el mismo Zeus quien enviaría a Hermes donde Prometeo buscando que le aclarara quien sería el responsable de su caída. "HERMES. - A ti, al sabio, al que en dureza supera al más duro, al que faltó contra los dioses al entregar sus honores a los efímeros, al ladrón del fuego me estoy dirigiendo. Ha mandado el padre que digas cuál es esa boda de que te jactas por la que él va a ser derrocado de su poder. Y en esto, nada de enigmas, sino cosa por cosa explícalo. Y no me obligues a un nuevo viaje. Ya estás viendo que Zeus no se ablanda con gente como tú". Esquilo. Prometeo encadenado. 945-9450 Prometeo al final de esta charla con Hermes se niega a decirle lo que este había venido a preguntar, lo que desencadenaría nuevamente la ira de Zeus.
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